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Náufragos

De noche, la esposa aclara

De noche, la esposa aclara
Leyendo una de las inspiraciones de Galatea, "El sensual beso", y los comentarios que surgieron sobre si en un matrimonio puede haber pasión recordé "De noche, la esposa aclara", de Gioconda Belli.


No.
No tengo las piernas de la Cindy Crawford.
No me he pasado la vida en pasarelas,
desfiles de modas, tostada bajo las luces de los fotógrafos.
Mis piernas son anchas ya llegando a la cadera,
y a pesar de mis múltiples intentos
por ponerme trajes aeróbicos y tirarme en el suelo a sudar,
no logro que pierdan esa tendencia a ensancharse,
como pilares que necesitaran jugoso sustento.

No.
No tengo la cintura de la Cindy Crawford
ni ese vientre perfecto, liso y ligeramente cóncavo,
con el ombligo deslumbrante en el centro.
Alguna vez lo tuve. Alguna vez presumí de esa región de mi anatomía.
Fue antes de que naciera Camilo,
antes de que el decidiera apresurarse a nacer
y decidiera entrar al mundo de pie;
antes de que la cesárea
me dejara cicatriz.

No.
No tengo los brazos de la Cindy Crawford
tostados, torneados, cada músculo fortalecido con el ejercicio indicado,
las pesas delicadamente balanceadas.
Mis brazos delgados no han desarrollado más musculatura
que la necesaria para marcar estas teclas,
cargar a mis hijos, cepillarme el pelo,
gesticular discutiendo sobre el futuro, abrazar a los amigos.

No.
No tengo los pechos de la Cindy Crawford,
anchos, redondos, copa B o C.
Los míos nunca han sido muy lucidores en los escotes,
aún cuando mi madre me aseguraba
-madre al fin-
que los pechos, así separados, eran los pechos griegos
de la Venus de Milo.

¡Ah! Y la cara, la cara de la Cindy Crawford, ni se diga.
Ese lunar en la comisura de la boca,
las facciones tan en orden, los ojos grandes,
el arco de las cejas, la nariz delicada.
Mi cara, por la costumbre, ha terminado por gustarme:
los ojos de elefante, la nariz con sus ventanas de par en par,
la boca respetable, después de todo sensual.
Se salva el conjunto con la ayuda del pelo.
En este departamento sí puedo aventajar a la Cindy Crawford.
No sé si esto pueda servirte de consuelo.

Por último y como la más pesada evidencia,
no tengo el trasero de la Cindy Crawford:
pequeño, redondo, cada mitad exquisitamente delineada.
El mío es tenazmente grande, ancho,
ánfora o tinaja, usted escoja.
No hay manera de ocultarlo
y lo más que puedo es no tenerle vergüenza,
sacarle provecho para leer cómodamente sentada
o ser escritora.

Pero decime:
¿Cuántas veces has tenido a la Cindy Crawford
a tus pies?
¿Cuántas veces te ha ofrecido, como yo, ternura en la mañana,
besos en la nuca mientras dormís,
cosquillas, risas, el sorbete en la cama,
un poema de pronto, la idea para una ventura,
las premoniciones?
¿Qué experiencias te podría contar la Cindy Crawford
que, remotamente, pudieran compararse con las mías,
qué revoluciones, conspiraciones, hechos históricos,
tiene ella en su haber?
Modestia aparte:¿Será su cuerpo tan perfecto
capaz de los desaforos del mío,
brioso, gentil, conocedor de noches sin mañana,
de mañanas sin noche,
sabio explorador de todos los rincones de tu geografía?

Pensalo bien. Evaluá lo que te ofrezco.
Cerrá esa revista
y vení a la cama.

"De noche, la esposa aclara", Gioconda Belli

10 comentarios

Miguel -

Brisa, se me había escapado este comentario tuyo. Es perfecto y lo comparto totalmente.
Y te cojo la palabra, espero tu continuación ;-)

Anaïs, me encanta que cojas estas costumbres.

Anaïs -

Me encantó este texto tendré que copiarlo, para releerlo, seguro que lo necesito.
Es mejor dejarse de falacias y sentir lo que hay dentro del envoltorio, por mucho adorno, por mucha perfección en sus formas, lo que cuenta es lo que ofrece y a veces nos lo perdemos porque sólo dejamos que manden los ojos..
Me estoy acostumbrando a pasear por aquí....¡ufff!!

anaïs -

Brisa -

He vuelto a leer el post de "El sensual beso" y después los comentarios y tú artículo y más comentarios, y ahora te dejo el mío. Verás continuo tu comentario, se puede tener pasión al cabo de los años pero.. ¿es más difícil?, pasados los primeros encuentros, creo que da igual llevar 5 meses, que 5 años, q 25 años, que estes casado o seas pareja de hecho, cual es la diferencia unos papeles? Hay gente que no siente pasión ni el primer día, que simplemente se acomoda, otros no se conforman sino con lo mejor, creo que una relación de pareja del tipo que sea, si se basa en el amor, si es creativo, apasionado, complice, si por encima de todo cada parte de la pareja es por si misma, para luego poder compartir, si cada una de las partes está porque quiere desde una opción de libertad y no de dependencia, se puede sentir pasión sin esfuerzo.
Creo que una mujer hoy, puede resultar muy atractiva y deseable después de haber tenido hijos, después de llevar un tiempo en una relación (los papeles no importan). Quizás es difícil compararse con Cindy Crawford, pero quien quiere parecerse a ella, pudiendo ser una misma. Otro día continúo. Un beso.

Marta -

Mmm, como no avises que contestas, no me entero, y eso que te tengo controlado en posts y comentarios, pero se me han escapado.

No volví, no, ya lo sé, falta de tiempo, y de inspiración. De vez en cuando las ilusiones se rompen, y es imposible hablar de ellas. Fíjate, de un día para otro...

Supongo que las desilusiones nos hacen ver el lado más amargo de las ilusiones, pero son las que nos ayudan a querer cumplir más y mejor, las nuevas ilusiones y a saber aprovecharlas.

Un beso.

Náufrago -

No has vuelto, pero no hace falta que lo ¿arregles?

No, no he dicho que tu lo hayas dicho. Te lo preguntaba, preguntándomelo también a mi mismo.
Y no pretendía nada, al menos conscientemente ;-)

Un problema de las ilusiones son las desilusiones. Otro es vivir solo con ilusiones, sin realidades.
Pero el no tener ilusiones también tiene su pega, es no vivir.

(creo que no sigo)

Marta -

He dicho yo eso? Supongo que tienes razón en la frase, la he leído hace 5 minutos y aún estoy dandole vueltas. Así que si eso pretendías, lo has conseguido, las neuronas no van tan rápido a estas horas de la noche :p
Fuera bromas, uno de mis profesores en la facultad, hablando de ilusiones, (primer año de derecho), comentaba que el "truco" estaba en tener ilusiones, y no hacerselas. Creo recordar que se trataba sobre las pretensiones que teníamos de encontrar un trabajo que nos gustara, dentro de los innumerables trabajos que puede dar el derecho, ejem ejem.
En cualquier caso, tanto él, como tú tenéis razón, está bien tener ilusiones, y mejor está en hacerlas realidad. Pero sin desperdiciar el tiempo, o quoi-que-ce soit (no me sale en español, lo siento), en cosas inútiles, sino en lo que realmente importa.
Un beso.

P.s: Siento la parrafada, y sobre todo, decir cosas sin sentido, pero a estas horas... Mañana vuelvo y trato de... ¿arreglarlo?

Náufrago -

¿No crees que sin ilusiones no se puede vivir, pero solo de ilusiones tampoco? A veces la mejor de las fantasías está en la propia realidad.

No hay de qué ;-) Galatea es una inspiración en si misma.

Marta -

Ops, gracias por la mención :)

Marta -

Mmmm, es una bonita manera de verlo, no ser ella, pero ser uno mismo. No ser una ilusión, sino una realidad.
Besos!